Creo que ya apunté en este blog en su momento que el escritor francés Michel Houllebecq es para servidor el mejor escritor vivo que hay. Es inexplicable cómo algunos tengan el Nobel (no hablo sólo de Dylan) y Houllebecq no.

Acabo de finalizar la lectura de su última maravilla: 'Sumisión'. El argumento no puede estar más en boga: la llegada al poder en un futuro próximo de un gobierno islámico en Francia. En medio de todo ello, un profesor de universidad que tendrá que adaptarse a los nuevos tiempos.

Muchos tildan al novelista francés de toda clase de palabras terminadas en 'fobo', pero para los que hemos leído todos sus libros nos parece algo demasiado restrictivo y simple. Es cierto que todas sus novelas transcurren por lugares comunes y los personajes parecen repetirse en la esencia de sus pensamientos, fobias y acciones, pero eso no significa que su obra sea reiterativa. Es más, uno de los grandes méritos de grandes escritores es su estilo inequívoco y su coherencia. Al fin y al cabo eso denota que no hay nada artificioso, que cada libro es parte de la personalidad y la vida del autor, de su pensamiento y sensibilidad.

'Sumisión' es una virguería más que mezcla el análisis político con las contradicciones de un personaje imbuido por la vida y obra de otro escritor decimonónico que le sirvió de tesis doctoral. La madeja continua hasta el final añadiendo elementos de suspense y sesudas reflexiones sobre el arte, la cátedra y la religión.

Michel Houllebecq a vuelto a acaparar premios, elogios y también críticas airadas, como a él le gustan. Para comprender al autor nacido en Reunión hay que comprender también la complejidad y crisis del mundo occidental, de la vida urbana y de las hipocresías sociales y sexuales de nuestro tiempo. No es lectura fácil pero si fluida, que requiere un esfuerzo intelectual que se ve recompensado por la lucidez y la riqueza de matices e ideas de sus libros.

Si aun no lo habéis leído, sumergíos en cualquiera de sus novelas: 'Las partículas elementales', 'Plataforma', 'La posibilidad de una isla', 'El mapa y el territorio'..., todas obras de arte, tan turbadoras como atrayentes, tan oscuras como cruelmente divertidas en ocasiones, tan polémicas, poliédricas, densas, intensas y desasosegantes como el mundo actual. Un mundo que Houllebecq disecciona como pocos.
El siguiente gasto mensual más grande tras el alquiler o la hipoteca, salvo que también estés pagando letras del coche, es la cesta de la compra, sea para una persona o varias. Es otro aspecto que cuidamos poco ya que la comodidad suele prevalecer: vas a ir al supermercado más cercano y la falta de tiempo también hará que no te pares a comparar precios o ver promociones. 

Recientemente la OCU ha publicado su estudio anual de los supermercados más baratos y más caros, y la cesta de compra más barata posible según establecimiento o localidad. Escogiendo bien podremos ahorrar hasta 900 euros. Puede parecer una tontería si vives de alquiler estar cerca de los supermercados más baratos pero 900 euros más otros ahorros hace que la decisión sea importante. Dejando de lado las menos conocidas y a la postre las que menos establecimientos tienen, Dani, Alcampo, Mercadona y Lidl son las más baratas a la hora de realizar una compra tipo para el mes. Si estás cerca de una de ellas, estás de enhorabuena porque vas a ahorrarte decenas o incluso cientos de euros al año. 

Pero si no lo tienes cerca, eres de los que va en coche a todos los sitios y no estás para cargar con varias bolsas o un carro, o simplemente prefieres no perder el tiempo en bajar, comprar, pagar y subir a casa cuando puedes hacerlo todo en 2 minutos, la opción online es como con casi todo hoy en día una salida perfecta. Las grandes cadenas tienen obviamente sus supermercados online pero ten en cuenta que ellos prefieren que vayas en persona ya que con los impactos visuales acabas comprando más en vez de ir a la lista objetiva y racional que guardes en el ordenador. Por eso también hay que escoger bien qué plataforma usar para que te traigan a casa la compra, en cuánto tiempo lo hacen y cuánto te cobran o no a partir de cierta cantidad. Haz una lista de lo que consumes mensualmente y comprueba en cada plataforma lo que te costaría sumando los gastos de envío. Luego sólo tienes que guardarla ya donde lo hayas escogido y tendrás tu compra en la puerta de tu casa al mejor precio. 

Carritus y Tudespensa.com son las más populares. En ambas puedes guardar la lista para posteriores envíos, pero la más completa sin duda es Ulabox, donde puedes comparar marcas, canjear vales descuento y recibir la compra gratis desde 59 euros. 
Pero si lo que quieres es aunar comodidad y precio pero tampoco te ves comparando continuamente para ahorrar un poco (al fin y al cabo esta serie trata de ahorro pero también de tiempo y comodidad), te recomiendo combinar Ulabox con Amazon Prime, un servicio de Amazon para premiums donde puedes también comprar los alimentos, productos de higiene, para la casa, etc., simplemente por 19 euros al año. Puede parecer un gasto baladí, pero además con ello tendrás envío gratis en cualquier compra (no sólo el supermercado), un espacio ilimitado para fotos y promociones especiales. Vale la pena a poco que compres al año en Amazon. Ah, y si quieres comparar la cesta en los diferentes súper online y luego elegir con cuál hacer el pedido, Soysuper es tu página. 

En resumen: Comparar en Soysuper, Ulabox o Amazon Prime para alimentación. Con esta combinación tendrás más tiempo y a la vez ahorrarás. Dirás que eso fomenta estar encerrado en casa, pero muy al contrario, piensa que usar Internet para todo ello te proporcionará más tiempo para salir a la calle y disfrutar del ocio y no de las obligaciones permanentes de “los recados”. 

Feliz compra y ahorro y continuaremos con más formas de comprar y ahorrar en los próximos posts
A pesar de mi paulatina desconexión del ruido diario es imposible no estar al tanto de la penosa situación general, lo que hace fortalecer y seguir reivindicando el camino individual. Soy muy insistente en el planteamiento base y sé que es injusto generalizar, pero los acontecimientos son los que son. Los límites a los que está llegando la situación actual, centrándonos en España, no hace sino demostrar que los de arriba son lamentables pero que es la ciudadanía quien los ha puesto ahí. Cada día alucino más con las peripecias de unos partidos divididos por la ambición o unidos por la corrupción, a unos políticos que están entre la inacción de uno y el postureo del otro, entre el populismo básico y el lucimiento de trajes.

Pero hay que insistir en la clave: a todos ellos les importa un comino nosotros o el país o cualquier otro problema. En el fondo, más allá del ruido, está el lecho marino del acomodamiento de una clase donde todo parece dividido y enfrentado pero donde subyace el quid del sistema: todos contra todos para mantenernos a través de la estupidez y bisoñez ciudadana en la buena vida pública, con la aquiescencia, claro, de los medios, que viven lógicamente de la polémica y de las idas y venidas de esta “democracia” tan entretenida. Y mientras, los ciudadanos, nosotros, seguimos en el frentismo ideológico y el borreguismo, el autoengaño continuo de pensar en una dignidad que no tenemos, puesto que los que criticamos son el reflejo de lo que somos.

Desengáñate: detrás de toda la maraña de corrupción hay millones de personas que les han apoyado, han callado, han votado. Los unos seguirán siendo así y sus subalternos funcionarios, sus familias, sus amigos, también, tan culpables como ellos de la red tejida. Lo demás son eufemismos; y los otros serán igual en el futuro, acurrucados mientras en el calentito mando de la progresía y el falso interés por el pueblo. Pero ve más allá, tanto unos como otros se retroalimentan y viven de este sistema polarizado, les encanta ser “antagonistas”, sobre todo porque están alimentados por el verdadero antagonismo entre ciudadanos, consecuencia de la ignorancia, el sectarismo, la desinformación y los tan españoles defectos que tardaríamos en enumerar. Es un negocio como otro cualquiera y te necesitan a ti, eres un mero instrumento.

Por eso sigue tu camino, aléjate del ruido de unos y otros, porque son el reflejo de la sociedad que les apoya o critica, entre la aceptación tácita del que vota al corrupto, la vana ilusión del que vota el supuesto adalid del pueblo o peor aún, el “veletismo” de otros cuantos que fluctúan entre un cambio pero sólo poquito y no se atreven siquiera a militar en la comodidad de una ideología concreta. Así las cosas, el único perjudicado serás tú, aunque en el global como vemos, el país sigue girando sin necesidad de gobierno, demostrando la inutilidad de unas instituciones hechas para el negocio de lo representativo. Sin embargo, sí hay daños colaterales, porque sus absurdeces y atrincheramientos son válidos para ellos y seguir viviendo del cuento, pero nos hacen perder puestos de trabajo, dinero en la bolsa u oportunidades de negocio. Pero eso da igual ¿verdad?, lo importante es estar en una de las trincheras.

Hay que olvidarse del ruido, evitarlo, ser crítico, sopesar, analizar y tomar decisiones particulares en el bien propio, que a la postre será en el general. Lo contrario, aunque parezca solidario, es estúpido, es ineficiente. El resto que siga votando, siendo sectario, admitiendo o callando corrupción, ilusionándose con ideas que él mismo no llevará a cabo por practicidad, etc. Es el ciudadano de a pie, ese que se indigna si saber el qué o el por qué, que acepta algo sin conocer de dónde procede, que dice si pero no, no pero si… Es duro retratar la realidad, porque todos formamos parte de ella, pero ya que es difícil cambiarla, intenta cambiar tú mismo y evita alimentar el circo de los políticos, los medios y las discusiones familiares de Nochevieja.

El camino es sencillo y complejo a la vez, porque hay que salir de la zona de confort, pero la señal de aviso es paradójicamente la buena señal escondida en una supuesta mala: el ir contracorriente. Será la prueba de que vas por la buena senda. La serie de auditoría personal y minimalismo sería una buena forma de comenzar…
Volvemos de las vacaciones con las pilas cargadas y retomamos la serie donde la dejamos: recordad que estábamos en el apartado de movilidad y que tras repasar la mejor forma de moverse en tu lugar de residencia y de viajes cortos, falta adentrarnos en los viajes largos y/o vacaciones. Vamos a ver las mejores formas y webs para buscar transportes baratos, alojamiento; las mejores alternativas para viajar solo o acompañado y la mejor forma en definitiva de organizar tu viaje y permanencia en el destino.

Como siempre decimos, haz números. Te compensará unos minutos de cálculos, ahorrándote más de lo que imaginas. Vamos primero con los desplazamientos: ¿cómo viajar barato y encontrar los chollos en el momento adecuado?

El factor clave son las fechas. Busca siempre si es posible la temporada baja del destino al que vayas. Te puede salir a mitad de precio o menos aún, salvo que el destino por clima no compense (época de lluvias, huracanes…). Además, te permitirá un cambio: pasar fresco en verano y poder estar tumbado al sol con una caipiriña en pleno invierno.

El viaje

En materia de vuelos, la oferta en la red es tan amplia que lo mejor para empezar es usar los comparadores como primera criba. De este modo evitaremos tener que entrar en varias webs. Sea de una manera o de otra, úsalas sólo para consulta, porque si reservas a través de ellos, aunque encuentres un chollo, te cobrarán por la gestión, de algo viven ellos. Por tanto lo buscas y lo reservas en la web de la compañía aérea correspondiente. Muy importante: haz números para ver si te compensa escoger salida y destino en un aeropuerto secundario, es decir, si viajas a Italia por ejemplo, igual te sale mucho más económico salir de Valencia en vez de Madrid o llegar a Pisa en vez de a Florencia (un vuelo a Florencia con Meridiana cuesta de media más de 100 euros, pero uno de Ryanair a Pisa te puede salir ida y vuelta por 40 euros y de Pisa a Florencia te plantas en menos de una hora por bus o tren). Lo mismo ocurre con las fechas: cuanto más flexible, mejores ofertas, de ahí que sea importante tener la libertad de fechas e ir digamos contracorriente, te permitirá en este caso viajar más y más barato o viajes de lujo a precio de escapada del montón.

Hay dos maneras: decidir dónde ir y ver primero vuelo y luego alojamiento o bien darte igual el destino y buscar primero un chollo y si no incluye desplazamiento (lo habitual), buscarlo a continuación.

¿Cuáles son las principales fuentes para vuelos baratos? Toma nota, no te marearé con muchas, sólo las más imprescindibles y completas:


  • Skyscanner
  • Atrápalo
  • Rumbo
  • Ryanair (aprovecha al comprar vuelos los grandes descuentos de alquiler de coches recogiendo y dejando el vehículo en el aeropuerto de destino). Servidor se recorrió la Toscana en un coche de gama media durante 15 días por 200 euros. 

En cuanto a los trenes, para viajes nacionales busca comprarlos con la mayor antelación posible. Para los AVE, aquí tienes las mejores opciones:


Para Europa, puedes viajar a muy bajo coste en tren por todo el continente obteniendo el Interrail Global Pass. Ahí varias opciones, pero la más completa te permite viajar todo un mes en 30 países europeos por 479 euros (válido en toda Europa y Turquía, con la única excepción de Albania).
Esto como digo si tienes claro el destino (luego veremos el tema del alojamiento y movilidad). Si no, busca primero los mejores chollos y luego cómo llegar de la forma más rápida y barata. Los mejores sitios son:


Alojamiento

Tienes dos opciones: la clásica a base de hoteles o las nuevas formas de alojamiento que están revolucionando el turismo. Veamos los mejores sitios para encontrar el chollo:

  • Para hoteles: usa también los comparadores como forma más eficaz y no olvides como con los vuelos de reservar luego en la web del propio alojamiento para ahorrar costes de tramitación, o si no la tuviera, llamando directamente por teléfono o por mail. Si fuera tú usaría booking.com, Kayak, Rumbo o Trivago. Para alojamientos rurales la mejor sin duda es Toprural. En el extranjero apuntar que una forma de ahorrar es buscar los llamados Bed&Breakfast, de calidad igual o incluso superior a muchos hoteles y a precios muy asequibles (35-50 euros la noche). Encontrarás un trato más familiar y directo, con mejor ratio calidad-precio. Por experiencia decirte que en Italia es casi obligatorio, por el excesivo precio de los hoteles y además la mala calidad de los mismos comparados con España. 
  • Para particulares: se ha extendido el alojamiento a base de alquilar habitaciones o toda la vivienda. La más famosa y extendida es Airbnb, donde puedes encontrar alojamiento por ejemplo en un apartamento céntrico de cualquier gran capital a un precio que no te daría siquiera para alojarte en un hotel de una estrella a las afueras. 9Flats, Windu o Alterkeys son otras opciones igual de válidas. 
  • Alternativas más alternativas: si lo tuyo es la aventura al máximo low cost, puedes optar por el albergue o camping, intercambio de casas para vacaciones o incluso por dormir gratis en un sofá, a través de webs como Hostel Bookers y Guía de Campings, Knok o Couchsurfing, respectivamente. 
  • Para sibaritas con presupuesto ajustado: también pueden disfrutar al menos momentáneamente a como lo hacen los ricos en sus lugares de descanso. En la reciente web Secret Escapes puedes alojarte en un hotel de 5 estrellas o disfrutar de unas vacaciones de ensueño con descuentos de hasta el 70%. 


Sin rumbo

Para los amantes de la aventura o al menos para los enemigos del típico viaje planificado donde no sales del resort o el centro de la ciudad, está la opción de organizar a precio más asequible de lo que piensas viajes “multipaíses” o vuelta al mundo. Hay un blog que te recomiendo donde tienes todo lo necesario y encima lees de primera mano la experiencia de la pareja que está realizando el periplo planetario: A tomar por mundo se llama y demuestran que con 20 euros al día (9.000 euros para un año) puedes emular a Willy Fog. Para ello sólo tienes que sacarte el bono Round the World (RTW), que te permite viajar por unos 2.000 euros en avión por todo el mundo por un periodo determinado. En la web de esta pareja te cuentan todo lo que hay que preparar y hacer (documentación, trucos, seguros, visados…).

En resumen

La vida minimalista te hará ahorrar y tener tiempo y flexibilidad para uno de los mayores placeres: viajar. Viajar en temporada baja, a bajo coste y a una calidad-precio óptima.
Y tras un viaje fructífero y relajante, es la hora de continuar con la vida diaria y seguir viendo el resto de facetas de la serie: cesta de la compra, otros gastos, salud, trabajo e inversión (ésta última ya aviso que será una subserie en si misma).

Hace unos días que tengo en mi poder la tarjeta de Respiro, para alquilar coches o furgonetas para mudanzas con un solo clic y con el seguro y gasolina incluidos. Luego profundizaremos en ello. Pero sí, hoy nos ocupamos de la movilidad, otro de los pilares básicos, al hilo además de mi nueva "adquisición".


Seguimos nuestro camino minimalista y de mejora de forma ordenada. Ya vimos los aspectos generales y empezamos a adentrarnos en los diferentes compartimentos de nuestra vida. El primero y más importante es el de la vivienda, del que ya nos hemos ocupado, junto con sus derivados de gastos inherentes. Ahora, como digo, sigamos un orden lógico y por tanto es hora de ocuparnos de la movilidad. Primero fue dónde vivir y ahora cómo moverse.

El segundo mayor gasto en nuestra vida, tanto a lo largo de ella como de forma puntual es el desplazamiento: los viajes (sean en tu localidad o exteriores y la compra de un coche). El vehículo es tras la vivienda el mayor gasto puntual o mensual. En este punto huelga decir lo que defiende esta serie: como en el caso de la vivienda, el proceso debe ser el mismo y toca hacer números para determinar si compensa o no la posesión de un vehículo. Todo empieza a cuadrar en el concepto minimalista porque obviamente si vives de alquiler puedes vivir cerca del trabajo en toda circunstancia, con el ahorro que supone en transporte y la segura renuncia a tener coche propio. Aun así, si verdaderamente necesitas o quieres usar el coche con frecuencia no necesariamente te puede salir mejor comprarlo. Pero vamos paso a paso:

Transporte público

Ni que decir tiene que si vives en el centro de las ciudades es absurdo tener y usar coche, salvo honrosas excepciones. Por 40-60 euros al mes en el caso de Madrid tienes transporte ilimitado por metro, bus y cercanías. Hay descuentos para jóvenes, estudiantes, mayores y en el caso particular de Respiro que os comentado, el abono transporte de Madrid (no sé otros casos) te da derecho a un 50% de la cuota (de la de Respiro, no del abono, se entiende). La bicicleta es una gran opción también (gratuita y haces ejercicio). Es de lo poco que te recomendaría tener en propiedad (sobre todo si es plegable, para moverte en calles, metro y cercanías) pero si eres más papista que el papa pues cada vez más ciudades españolas tienen su servicio de bicis. Aquí te dejo la de Madrid


En cuanto a desplazamientos largos, ya depende también de los gustos propios: para cualquier tramo lo más barato es el autobús pero puede ser incómodo si los desplazamientos son de más de 300 km. Queda tren y avión, donde tanto en AVE como en las diferentes compañías aéreas hay descuentos jugosos si planificas y reservas con antelación. Aquí dónde obtener descuentos de AVE y aquí los buscadores de vuelos baratos.


Transporte privado

Un concepto que veremos varias veces a lo largo de esta serie: economía colaborativa. Está de moda pero su futuro es tan prometedor como seguramente inevitable… afortunadamente. Si no quieres o no sabes conducir, para trayectos tanto urbanos como largos tienes un montón de opciones, desde las nuevas alternativas al taxi hasta que te lleven en coche por un módico precio, el llamado carsharing. ¿Te suena, no? Pues aquí están las principales y tú eliges:


  • Para moverte por ciudad si no tienes carnet o no quieres conducir tienes Uber o Cabify, más caro pero donde te sentirás como un rey disfrutando de revistas o un refresco durante el trayecto. 
  • Para salidas por carretera las más conocidas y fiables son Bla Bla Car y Amovens, donde puedes viajar de Madrid a Barcelona, por ejemplo, por 20 euros.


Yo me lo guiso, yo lo conduzco

Para los que les gusta conducir o necesitan libertad de movimientos. Vamos con el tema peliagudo: tener o no tener coche. Reiteramos que esto no es para dar todo mascado sino para pensar y cambiar, así que lo primero que deberás hacer tú mismo es si te compensa tener coche o no, sin autoengaños y con disposición a cambiar de modo de vida: calcula los kilómetros que haces al año y el gasto total (ojo, todo, no sólo la letra del coche sino sumando ITV, neumáticos, revisiones, seguro, gasolina, imprevistos…) y el total lo divides por los años de vida útil medio de un vehículo. Luego calculas por otro lado los kilómetros al año que realizas (los obligados) y a ver lo que te sale, pero te adelanto que para un uso bajo o intermedio sale más barato el alquiler y concretamente con Respiro, aunque no hay mucha diferencia con Bluemove y Car2Go. La única pega es que sólo están disponibles en grandes ciudades, aunque en aquellas ciudades más pequeñas deberíamos a acostumbrarnos a movernos andando o en bici. 

Ahora bien, para salidas esporádicas de mucho kilometraje y días, sigue compensando contratar aparte una compañía tradicional de alquiler de coches, sobre todo si nos acogemos a las múltiples ofertas de varios días. No obstante, realiza siempre el cálculo sumando el gasto en gasolina de acuerdo a los kilómetros previstos y el precio del combustible en ese momento. La que mejores ofertas suele ofrecer y que servidor usa siempre por su servicio y rapidez es Sixt.

Pero no queda ahí la cosa. Aquí fomentamos el ahorro en tiempo también y desde luego no tiene precio el tiempo que te ahorrarás en llevarlo a la ITV, al taller, la limpieza, etc. Una carga menos.

No me queda otra

Vale, suena muy bien pero resulta que tienes una hipoteca en el pueblo 'x', trabajas en la ciudad o pueblo ‘y’ y por tanto necesitas el coche en propiedad si o si. Bueno, podemos minimizar daños: o bien a lo grande, vendiendo tu coche y probando el leasing (aquí una de las mejores opciones o la misma Amovens) un sistema que puede ser rentable no sólo para autónomos y empresas. Por una cuota a veces similar a la letra de tu coche tienes un todo incluido (seguro, revisiones, recambios…) y además puedes estrenar vehículo cada 5 años.

En el plano humilde, podemos convertir el coche en un medio para ganar dinero o al menos reducir gasto, en vez del pozo sin fondo que suele ser, ya como último recurso. Hay varias plataformas que te ayudarán a ello, tanto en marcha como aparcado. Aquí están tus aliados para ahorrar dinerito e incluso ganar dinero, aparte de opciones como Bla Bla Car de las que ya hemos hablado y donde en este caso ofreces tú el servicio:


  • Ahorrar al aparcar: esta app te informa de plazas libres y gratis.
  • Gana dinero mientras tu coche está "fuera": si tienes plaza de garaje y la dejas libre unas horas al día porque vas a trabajar en coche, al menos saca partido de ello y alquílasela a otro. Parkfy o tuplaza.es te dan la solución.
  • Pero aún hay más. Puedes alquilar tu coche como si de una empresa de alquiler se tratara y sacar aún más partido de ello, con total seguridad. Toma nota: Drivy y Socialcar.


Por último también puedes tú mismo mentalizarte y darte cuenta que con unas normas y aprender las sencillas rutinas para conducir ahorrando combustible (presión de neumáticos, no llenar el tanque, uso de las marchas, uso de tarjetas reembolso, app de las gasolineras más baratas...). Te librarás de decenas o cientos de euros al año en gasolina. 

El camino sigue: en teoría vives ya en el sitio adecuado, cerca de trabajo, pagas lo justo por ello y sus gastos, te has librado del coche o al menos lo sacas partido hasta que lo vendas. En los próximos capítulos seguiremos con las formas de liberarte de gastos y de pérdida de tiempo para tu compra diaria o esporádica y finalmente planificar tus futuras necesidades de salud, trabajo (a ser posible desde casa) e inversiones. Pero antes toca ir por orden y acabaremos con el tema de la movilidad y nos centraremos en los viajes largos y vacaciones. 


Lo último que vimos fue el tema de la vivienda, su coste, opciones de compra y de alquiler. Seguimos el lógico orden y nos adentramos en los gastos fijos que conlleva el hogar. Desgraciadamente no podremos apenas minimizar daños, siendo de los pocos gastos inevitables no sólo por ser de primera necesidad (luz, agua, calefacción), sino porque además, a sabiendas de ello, las compañías no se andan con chiquitas y al mínimo impago te cortan el suministro sin poder hacer nada. Pero afortunadamente será de los pocos gastos con estas características en toda la serie. Ya sabéis, la libertad total es imposible, y más ante la imposibilidad (por ahora) de una independencia energética viable por parte del usuario. 

Nos centraremos en la electricidad, extrapolando para el gas y el agua, donde prácticamente no se puede reducir la factura, salvo gastando menos, obviamente. 

Un dato vital: en España hay casi 30 millones de puntos de suministro eléctrico, la gran mayoría con una potencia contratada menor de 10 kW, es decir, de tarifa con discriminación horaria. Lo alucinante es que también la mayoría de ellos tienen la tarifa tradicional de 24 h. En resumen: o porque no nos informan o porque no nos informamos, estamos “regalando” pasta a un ya de por si sistema eléctrico vampírico. 



Teniendo en cuenta los horarios habituales y el gasto lógico por tramos, la mayoría deberíamos tener contratada la discriminación horaria, ya que en las horas punta pagaríamos un 20-21% más, pero en las valle ahorraríamos casi un 60%. En el peor de los casos, controlando el mayor uso durante las 14 horas en valle, el ahorro oscila entre el 30-40%. Si además nos ponemos serios y hacemos uso de todos los recursos a nuestro alcance, la reducción puede acercarse a la mitad:

- Apagar completamente todos los aparatos, evitando el stand by.
- Usar bombillas de bajo consumo.
- Usar programas cortos en lavadora y lavavajillas, y siempre con agua fría.
- Aislar ventanas.
- Usar programadores para el control de consumo y conectar lo necesario sólo el tiempo necesario. 
- No poner el a/a a menos de 25 grados. 
- Comprar electrodomésticos de la máxima categoría energética: son más caros pero en poco tiempo se habrá amortizado por el ahorro de gasto que supone.

La potencia con control

El otro gran punto a revisar es también otro despiste frecuente, al igual que la tarifa: la potencia contratada. También por desconocimiento, despiste, o simplemente el “por si acaso”, la gran mayoría tiene contratada mayor potencia de la que necesita. Hay varias páginas donde puedes calcular la que necesitas en virtud de lo que tienes en casa. Ten en cuenta que en la mayoría de los casos sería suficiente una potencia de 3.45 kW o 4.6 kW, cuando lo habitual, sin comerlo ni beberlo, es que tengas la de 5.5. Aquí tenéis una tabla para calcular vuestro caso:


Sí, ya sé que en este punto son decepcionantes las posibilidades. Habrás notado que ni siquiera me he ocupado como en otros ámbitos de opciones de independencia, que es el objetivo de esta serie. Pues hay que decir que se vislumbra esperanza en algún aspecto pero son sólo atisbos por ahora: por ejemplo con empresas como Tesla o Toyota Mirai, que ya han empezado a comercializar baterías para uso automivilístico pero también para el hogar. Sus intenciones son tan ilusionantes como osadas: que el usuario sea independiente energéticamente y pueda salirse de la red global. Sin embargo, al menos en España, no se disimula la "dictadura energética", no sólo gravando hasta el Sol, sino con decreto ley ya preparado y a falta de aprobación para que sea obligatorio en cualquier caso pagar al estado por kWh producido. Además, en el caso concreto de las baterías, es indispensable tener paneles solares propios, por lo que ya quedaría descartada toda la población que vive en bloques de viviendas (es decir, la mayoría). 

Por ahora el tema energético parece la única batalla perdida para una vida independiente de verdad. El mundo que anuncia (o más bien imagina, por lo imposible) Jeremy Rifkin en 'La economía del hidrógeno', es lejano y casi utópico, aunque ya podría ser realidad tecnológica y logísticamente. Pero ya sabéis, con el "sistema" hemos topado.

Hasta la próxima entrega...
Al margen del eterno vodevil de la política, lo que está copando la actualidad en los últimos días son los papeles de Panamá, de mucho más alcance cuantitativo y cualitativo que Wikileaks o las filtraciones de Snowden. Hay un común denominador: son datos, cifras, documentos, en una cantidad tal que es imprescindible el uso de varios ordenadores, periodistas y programadores para poner negro sobre blanco, para decodificar en artículos y reportajes todo lo que esconde. 

Lo voy a considerar como un anexo a la serie que estamos viendo de vida minimalista y buscar tu camino sin influencias ideológicas, demagógicas y económicas. Y aprovechando la relación, hace unos días asistí a las Jornadas de Periodismo de Datos. Pudimos disfrutar de interesantes ponencias de la mano de Kaeti Hink (Washington Post) y Helena Bengtsson (The Guardian), con el posterior debate sobre el futuro de periodismo de datos y por ende del de investigación, porque como bien apuntó Borja Berganeche, del Grupo Vocento, van e irán cada vez más íntimamente ligados, amen ya de la necesaria simbiosis con disciplinas como el diseño gráfico y la programación. El reto: adaptar (siempre en continuo avance y adaptación el periodismo multimedia) esas herramientas al móvil, puesto que es y serán mayoría quienes usen preferentemente este medio para informarse, aunque no presenta igual facilidad para tal forma de presentar datos e informar que el PC y la tablet.



Jornadas de Periodismo de Datos en Fundación Telefónica

Estamos asistiendo a la era de los datos, de su cantidad ingente y de cómo procesarla, separar el grano de la paja y ofrecerla al público con tanto rigor como atractivo. Como demostraron con algunos ejemplos, desde una fría base de datos y mediante una laboriosa búsqueda de patrones, cruces e investigación que ponga caras y hechos a tales cifras, se consigue una historia de interés e incluso con una gran carga social, como bien han sabido plasmar en la película ‘Spotlight’ la investigación que llevaron a cabo desde el Boston Globe, destapando toda una trama de corrupción iglesia-política y de pederastia. 

Pero el tema es otro porque como digo guarda relación o debe guardarla con la serie que nos ocupa. El caso es que hace unos días se publicó un artículo donde se desglosaba con un ejemplo concreto lo que un ciudadano medio paga en impuestos y lo que le queda de dinero real tras todo ese pago. 

Son datos, sí, e incluso los fríos datos podéis decir que depende de cómo se enfoquen, se desglosen y comparen. Como siempre apelamos a la inteligencia de quien lea porque además se le presupone una intención de no caer en postulados caducos liberales, socialdemócratas, comunistas o cualesquiera ideología al servicio siempre de intereses políticos y confrontación sectaria, justo lo de lo que debemos huir para construir nuestra vida, como hemos visto. Por supuesto que los papeles de Panamá son en su mayoría un compendio de malas prácticas, avaricia, ilegalidad y evasión y no justifican la indignación de los números que en el artículo hablan por sí solos respecto al latrocinio del estado a un asalariado medio, pero es hora de ser lógicos y en esa lógica incluye denunciar lo uno y lo otro. 

No se trata de ricos o pobres, evasores y cumplidores, derechas o izquierdas. Se trata del pilar básico de esta serie: este sistema en ambos extremos es ilógico y ante la estupidez de las élites y de la ciudadanía que sigue a esas élites posicionándose en posturas absurdas de ultraliberalidad o izquierdismo, no queda otra que luchar por ti mismo y buscar tu camino. En eso estamos, así que una vez más, quien lea esto con tamices de derecha o izquierda, de teorías económicas o clichés contra empresarios u obreros, que se limite a leer los medios de comunicación afines a tales postulados. Aquí eso sobra.

Repasemos un poco el artículo y que levante la mano quien no piense que absolutamente delirante y no se sienta pseudoesclavo o imbécil. El maravilloso invento de los estados-nación, la moneda fiduciaria, la deuda, el sistema fiscal y la opinión pública mediante “prensa libre”, para convertir al ciudadano bajo una “democracia” en un auténtico dependiente: el ejemplo de ese ciudadano que “cobra” 24.000 euros al año y que tras el poder adquisitivo real de 19.200 euros y todos los impuestos directos e indirectos y gastos obligatorios, el Estado se queda con 14.877 euros, está todo dicho. Son números reales, de una vida en un sistema del que luego nos quejamos tanto pero del que realmente no ponemos de nuestra parte por desembarazarnos de él o bien lo damos por bueno a fin de cuentas.




También despotricamos contra los empresarios, sin distinguir entre algunos sin escrúpulos, explotadores y evasores y la mayoría, trabajadores y verdaderos creadores y mantenedores del tejido productivo y de los empleos, y donde en el ejemplo del artículo ya para empezar paga 7.296 euros al estado por el empleado. Como veis quien gana siempre es el estado y además está tranquilo puesto que ve como se siguen peleando ambos actores cuando la culpabilidad está en el árbitro. 

Estamos atrapados en una maraña de cargas impositivas, pero lo más eficaz es que otra red tupida de clichés ideológicos, complejos, datos manipulados u omitidos y mantras inamovibles sin el más mínimo análisis o rigor hace que los verdaderos culpables (los extremos ultraliberales y ultraestatales) salgan indemnes y vean como el grueso medio se pelee entre sí. De esta manera, no queda otra que buscarse el camino para evitar que no puedas hacer trabajos si no tienes un sueldo fijo porque los casi 300 euros de cuota de autónomo sea más que lo que ganes ese mes o que haya que buscarse la vida para crear valor añadido sin que el estado te vampirice antes de que puedas crecer de verdad, evitando increíblemente lo que se supone que quiere fomentar. Una gran red de mentiras con unos sólidos pilares de ganancias con la aquiescencia, no lo olvides, de los que supuestamente defienden al ciudadano y de los que no. Porque no lo olvides tampoco, son la misma moneda y necesitan esas dos caras para que no pierda su valor y que el resto sigamos creyendo en ella y pensando que decidiendo ponerla de cara o de cruz (o sea, votar) cambiará nuestra vida o destino. Pues no, tu destino y tu libertad lo decides tú. 

Pero ojo, no te engañes, la solución no es lo que te pueden estar sugiriendo para combatirlo los supuestos fanáticos del libre mercado, ni tampoco los populistas que en si llevan la contradicción porque necesitan esa supuesta injusticia para subsistir y la subsidiaridad para seguir evitando esfuerzos propios del liberalismo bien entendido y no ladrón. Es hora de comprender que nos equivocamos de flechas, que los mismos que quiere intervencionismo económico no quieren ninguno en la educación de sus hijos, por ejemplo, y viceversa, retroalimentándose entre sí, cuando la clave es la contraria: una libertad económica y un intervencionismo estatal sólo en los asuntos clave para el futuro precisamente de la libertad del individuo, pero no desde el prisma libertario o libertino, sino desde el lógico y adquirido para que el ser humano sea verdaderamente eso, humano y desde ahí crear de verdad una sociedad lógica y justa, sin maniqueísmos ideológicos. Parafraseando a Niezstche: la ideología ha muerto. 

En próximas entradas seguimos a lo nuestro y que unos y otro sigan en lo suyo, y el borreguismo siguiéndolo.
Continuando con el tema vivienda, hoy vamos a abordar someramente, siempre desde lo práctico, cómo minimizar daños en cuanto a gasto y/o sacar ganancias inmobiliarias.
La historia siempre se repite. Con la crisis de 2007 parecía que al menos supondría un cambio de modelo y mentalidad con respecto al ladrillo pero nada más lejos de la realidad. Desde hace ya tres años han vuelto a aparecer las grúas y las hipotecas sin complejos, alentado por los tipos casi a cero. Ya hay entidades bancarias ofreciendo diferenciales menores del 1%.

Si ya tienes una hipoteca puedes hacer dos cosas: mejorar las condiciones o deshacerte de ella. Si tu elección es la mejora, puedes negociar con tu banco (novación) o cambiarte (subrogación). En ambos casos ten en cuenta que no te saldrá gratis (cómo no) y además hay que cumplir tres requisitos:
  • Tener pagado tres años al menos.
  • Libre de pagos pendientes.
  • Que sea la vivienda habitual.
En la novación sólo podrás negociar por:
  • El interés que te aplican (necesaria escritura pública).
  • El importe pendiente.
  • El plazo de amortización.
  • La titularidad (caso de separación, divorcio o fallecimiento).
En la subrogación, ten en cuenta que podrás hacerla sin pedir permiso a la entidad y normalmente el banco te hará una contraoferta para no perderte como cliente (como ocurre en telefonía o seguros). Dispondrían de 15 días y deberán hacerlo ante notario. Los gastos serían mayores que la novación, entre 500 y 1.700 euros. Haz tus cálculos para ver si compensa (teniendo en cuenta también gastos que puedan derivarse de ese cambio, como comisiones y seguros), pero seguramente en la mayoría de los casos sea así: primero porque el amenazar con irte siempre deviene en mejora de condiciones y segundo porque muchas hipotecas se contrataron con intereses superiores a Euríbor +2.5.


Alquiler

Tanto si tienes una vivienda en propiedad como si no, el alquiler es una forma cómoda de obtener ingresos, por mucho que tiren para atrás temas como el impago o los daños en la vivienda. Ahora veremos cómo evitarlo. Hay dos opciones, obviamente también en función de si vives en la vivienda que vas a alquilar o no:
  • Alquilar la vivienda completa.
  • Alquilar por habitaciones.
En la primera, sólo podrás si lógicamente no vives en ella y en la segunda puedes vivir o no. Lo más importante de todo es que en el primer caso se regula por la ley de arrendamientos urbanos (LAU) y en la segunda por el código civil. Deberás decidir si te conviene más una u otra, sobre todo desde el punto de vista fiscal:
  • Por habitaciones: hay que realizar un contrato por inquilino, deberá estar el piso amueblo y especificar qué zonas son comunes. No hay marcos temporales obligatorios. Ventajas: puedes desalojar la vivienda cuando quieras y al estar suscrito al código civil lo puedes hacer en unos días si los inquilinos se negaran; puedes desgravarte gastos relacionados con el mantenimiento y mejora de la vivienda (por ejemplo, si eres tú quien pagas luz o calefacción, pues tendrás importantes desgravaciones). Desventajas: menos seguridad, más movilidad al no haber una duración mínima de contrato, menos desgravación fiscal para el arrendador y ninguna para el arrendatario.
  • Piso completo: por ley los inquilinos puede estar tres años mínimo. Ventajas: más regulación contractual, mayores desgravaciones fiscales (exento de iva y reducirse entre el 60-100% del precio de la vivienda), aparte de un 3% del valor catastral del inmueble, cosa que pocos saben y apuntan en su declaración. Desventajas: más dificultad en caso de deber desalojar a los inquilinos, al no regirse por el código civil directamente sino por la LAU y no poder hacer uso inmediato de tu vivienda en el caso que te sea urgente volver a vivir en ella o venderla. Además el inquilino puede desgravarse parte de su alquiler siempre que contrato y fianza estén depositados en la entidad regional correspondiente.
Seguridad y fiscalidad

Aparte de que el servicio del que voy a hablar también desgrava, es imprescindible y te dará tranquilidad absoluta contratar una agencia que te lleve todo si te decides por alquilar tu vivienda completa. Por un precio que suele equivaler al primer mes de alquiler o bien una cuota mensual, ellos se encargarán de buscar a los inquilinos adecuados, enseñar el piso, realizar el contrato e incluir un seguro de impago que normalmente te cubrirá un año entero de impago y cualquier coste derivado de acciones legales contra el o los inquilinos. De esta manera sólo tendrás que preocuparte de que el montante mensual ha llegado a tu cuenta. Dos ejemplos de agencias: 



Por último ten en cuenta que hasta este año la edad y ocupación del inquilino influía en la desgravación, en virtud de si era mayor o menor de 30 años (en vez del 60%, el 100% sobre los beneficios) y de si sus rendimientos netos de trabajo superaban el 75% del IPREM o Indicador Público de Renta de Efectos Múltiples. A partir de este año será del 60% para todo caso.

Si has alquilado tu vivienda por temporadas (casos de Airbnb o Homeaway, por ejemplo), los rendimientos tributarán como capital inmobiliario pero no podrás aplicar la reducción del 60%.


De cualquier forma, siguiendo los prefectos de esta serie, es hacer números y ver si compensa o no tener vivienda en propiedad, y si ya la tienes, cómo sacar el máximo partido dependiendo de si vives o no en ella o si quieres/puedes alquilar el piso entero o habitaciones. Y puestos a meternos en fregados inmobiliarios y si tienes liquidez para ello, hazlo bien y busca chollos reformables en zonas costeras o céntricas de grandes capitales donde poder obtener beneficios e incluso poder vivir de los alquileres y no que la vivienda y los bancos vivan de ti. 


Prince había muerto. Son de esas noticias que cuesta creer, que cuesta asimilar. Ya se sabe que la muerte es un gran negocio en el arte: desde su fallecimiento, se están vendiendo un 42% más de sus discos, con todo lo que eso supone además para sus herederos. La gente es así. Seguramente muchos de los que tenían olvidado el genio de Minneapolis o incluso los que le ninguneaban, se han lanzado a escuchar y comprar su música. No voy a hablar de sus canciones, de aquel 1984 en el que ganó con Purple Rain Grammy y Oscar por su álbum y película respectivamente, de sus conciertos míticos. Es sólo un humilde y sentido homenaje de un fan que necesitaba escribir unas líneas sobre él. 

Para mi Prince era un referente musical, el compedio perfecto, la música hecha carne. Quizá cuantitativamente me han marcado más otros, en cuanto a número de canciones favoritas, pero Prince era ese artista que siempre sobrevolaba tu manera de ver y sentir la música, porque eso es lo que procuraba: que la música fuera una experiencia, una sensación, una forma de vida fueras o no músico. Quizá por eso fue ecléctico, caprichoso, inclasificable, experimentador, rebelde, prolijo hasta el extremo. Vivía por y para la música. Casi no dormía y en cada rincón de su casa podía tocar y grabar, porque necesitaba la música como el respirar y tocaba 20 instrumentos como quien respira.

Su discografía supera la cuarentena y el número de canciones y instrumental grabado es inimaginable, ya que como demostró con hechos, repudiaba a la industria y realizó grabaciones inéditas, regaló canciones y discos... Prince será eterno pero además espero que su incansable capacidad de componer nos deparen aún muchos discos nuevos, como un Cid en bucle de batallas, toda una mina que probablemente aún está por descubrir. 

Prince ha marcado mi vida musicalmente y a veces, como buen miembro de la generación que vibró con la música ochentera y noventera, ha sido banda sonora, paño de lágrimas y pista de baile de mi biografía. Lo ha admirado por igual con sus obras maestras, con su pop, su rock, su funky, con sus virtuosismos a la guitarra, el piano, el bajo o la percusión, con sus coreografías y bailes, sus colaboraciones y composiciones a otros artistas y sus excentricidades. Siempre ha creído que si Mozart hubiera nacido en su época y zona, habría sido Prince

Nunca me han interesado los cotilleos y peculiaridades de su vida privada, ni ahora cómo y por qué murió. Sólo serviría para tener más rabia, más impotencia, pero sobre todo para tapar lo verdaderamente importante: que Prince era la música y que para servidor era más que música, una forma, torpe o equivocada (saboteó su carrera en muchas ocasiones y no sacó partido a su talento ni se adaptó desde el punto de vista comercial a los tiempos) de vivir la música, su música y su vida. Pero ahí está en parte el porqué de mi admiración. 

La realidad es que nos perdemos su gira sólo de voz y piano, pero que será su próximo disco, el póstumo. Me pierdo también esas cosas pendientes en la vida: verle en directo. En una de sus visitas a España, escasas desgraciadamente, acabó tras un concierto en Joy Eslava. Esa noche, nadie de los que sacudían su cuerpo en la pista de baile se podían imaginar que quien pinchaba era el mismísimo Prince. Pidió esa noche ser el DJ del local de manera anónima. Es el resumen perfecto de lo que era el señor Nelson: sólo le interesaba la música. 

Uno de sus canciones más famosas se tituló 'My name is Prince' (Mi nombre es Prince) y una de sus decisiones más excéntricas fue quitarse el nombre y convertirlo en un símbolo. Da igual, la esencia permanecía: su nombre era Prince y fue un símbolo... de la música. 
Pasamos a otra fase. Hasta ahora hemos introducido el plan general y cómo ahorrar dinero. Ahora pasamos al cuadrante de pasivos, de los gastos, antes de que, varios post después, volvamos al tema de activos y cómo generar más (inversión, ganancias extra…). Como dijimos habrá que dividir los gastos entre los obligados (vivienda y sus gastos, móvil, internet, comida, ropa) y los no obligados aunque lógicamente también imprescindibles para una vida feliz (ocio en general: viajes, restauración, música, etc.). Veremos cómo pagar menos en los gastos impepinables y cómo también pagar menos o no pagar nada en el resto.

Hoy nos centraremos en el gasto por excelencia: la vivienda, para en sucesivas entradas centrarse en los diferentes gastos inherentes a ella: luz, gas, agua, internet, teléfono, muebles… La vivienda daría para varios post pero intentaremos resumirlo, aunque sin duda es el gasto clave durante toda tu vida (cuantitativa y cualitativamente) y puede marcar toda tu economía para bien o para mal, según lo gestiones.

Comenzemos. Si hay algo que no te vas a librar y que comerá el mayor porcentaje de gasto es la vivienda (salvo que tengas piso en propiedad heredado y vivas en él). Por tanto entramos en el quid de la cuestión, el eterno dilema (comprar o alquilar) que no obstante en España suele decantarse siempre por el primero, por tradición y mentalidad, la tan arraigada idea de “tener tu propia casa”. Esto no pasa en la mayoría de países del mundo, al menos con tan alto porcentaje de propiedad. Esta serie pretende un cambio de mentalidad pero desde el cálculo objetivo, así que veremos cuándo conviene comprar (para vivir y/o como inversión) y cuándo estar de alquiler.

Los tiempos han cambiado. Salvo que seas funcionario es complicado que siempre vayas a trabajar no ya en la misma empresa, sino en la misma ciudad. La forma de vida (menos parejas duraderas, menos hijos, más movilidad) hace que la compra según qué sitios y circunstancias sea una mala opción. A eso añadimos los precios o mejor, el ratio del porcentaje de lo que ganamos para pagar un piso. Mi padre lo pagó en poco más de dos años, con esfuerzo, pero en dos años. No es lo mismo apretarse el cinturón dos años que 35… Aun así, la compra sigue siendo el objetivo de una mayoría. Simplemente para ser propietario, ni siquiera para al menos sacarle rentabilidad.

Efectivamente, sería la única razón para la compra: la inversión, vivir de las rentabilidades de su alquiler o de la venta, pero claro, para eso hay que haberla comprado ya, es decir, tener mucha liquidez. 

Es curiosa la obsesión de las personas por poseer un piso, sobre todo relacionado con la pareja. Estar casado y más aún con hijos lleva al impulso irrefenable en España de hipotecarse. Pues no, ni se va a dar un futuro mejor para los hijos ni vale la pena la enormidad del gasto y la esclavitud por la "libertad" de poder tirar un tabique o tener unos muebles específicos, salvo casos muy específicos. Los ejércitos poderosos lo son en parte por su capacidad de movilidad. Pues en las personas es lo mismo. Pero no nos desviemos. Vamos a los hechos:

Como pasa con el coche también, la principal táctica de venta es destacarte la cuota mensual, sin tener en cuenta el gasto total y dividirlo por mensualidades. El resultante visto numéricamente nos haría reflexionar. Aparte de la nula ventaja fiscal, comprar una casa supone los siguiente gastos: tasación, notaría, gestoría, registro, comisión de apertura-subrogación, comunidad, seguros, impuestos (de constitución de hipoteca, transmisiones, IVA, IBI, basuras) y los futuros de mantenimiento, averías y derramas. En resumen, sólo en gastos no recuperables, supone el 10% del total, aparte que durante años no amortizarás capital alguno entre esos gastos y los intereses. Calcula cuántos meses de alquiler podrías pagar con ello. 

Compruébalo por ti mismo con esta calculadora comparativa.

Ejemplo ilustrativo: Una vivienda en venta de 300.000 € pero tasada en 270.000 €. El banco que concede un préstamo hipotecario, por regla general sólo dará, como máximo, 216.000 € (el 80% de 270.000). El comprador tendrá que pagar como entrada el resto (84.000 €), además de los gastos de formalización del préstamo (como media el 10% de 216.000 € = 21.600 €). Es decir, para comprar esta casa, habrá que contar con aproximadamente 105.600 € antes de contratar una hipoteca. 
La cuestión es: ¿vas a vivir siempre en el mismo sitio? ¿tienes tanta liquidez? La burbuja inmobiliaria y la situación laboral demuestran que no.

El PER

Price Earnings Ratio. Lo veremos para la bolsa, pero también en inmobiliaria es un concepto clave, aunque de otro modo. Es la clave para ver si compensa o no comprar. Se trata de la relación bastante constante entre los precios de venta y alquiler. 

Si tienes vivienda en propiedad alquilada, para obtener el PER bruto habrá que dividir el dinero actual que obtenemos entre su precio de venta. Si una vivienda de 240.000 euros la tenemos alquilada por 1.000 euros al mes, la rentabilidad será del 5 %.

(12.000/240.000) x 100 = 5%

Pero vamos a lo que interesa, usar el cálculo para ver si es mejor compra o alquilar, que sería el PER a secas (dividir el precio de venta entre el precio de alquiler). Así tendremos las veces que el precio de alquiler está contenido en el de venta o lo que es lo mismo, los años que tardaríamos en pagar una vivienda mediante alquiler.

En el anterior ejemplo sería un ratio 20: (240.000 / 12.000) = 20 veces

Efectivamente, tenemos que conocer el precio de venta y el de alquiler. Lo sacamos de la web del Banco de España, que según el último informe, la rentabilidad bruta de alquilar una vivienda en España es del 4,6% o 21,7 años. Para ver si compensa o no la compra multiplicaríamos el precio del alquiler mensual por 260 meses para obtener un precio de venta aproximado. Por ejemplo, si se alquila por 1.500 euros al mes y multiplicamos ese precio de alquiler mensual por 260 meses obtendríamos que el precio de venta debería rondar los 390.000 euros en las condiciones actuales.



Del mismo modo, si tenemos una vivienda que podría venderse por 260.000 euros, bastaría con dividir entre 260 para saber que su precio de alquiler debería ser de unos 1.000 euros mensuales. A mayor subida de precios, PER más elevado y por tanto menos posibilidades de que compense comprar. A PER más bajo, puede compensar comprar. 

Ejemplo de aplicación: una vivienda que vale 400.000 euros y que se alquila por 1.000 al mes. Calculamos PER (400.000/12.000)=33 veces, muy superior a la media de 21,7. Es decir, sería para alquilar, no comprar.

De aquí podemos deducir hechos prácticos, más allá de lo monetario. El PER más alto corresponde a las mejores viviendas y mejor ubicadas, es decir, vivir en la zona que te gusta o en la casa ideal compensa si alquilas, no si compras. ¿Prefieres vivir en tu zona ideal y casa ideal o tener en “propiedad” una casa que “puedes” pagar en una zona que no te gusta o un piso que no es lo que soñabas? Tú mismo. 

Y es que no nos engañemos, si se tiene tanto miedo a la bolsa y a apalancarse, en realidad al comprar una vivienda te estás apalancando a lo bestia y encima con un algo difícil de deshacerse y con altísimas comisiones.

Sé que es una batalla perdida, en un país donde el 83% de la población opta por la compra, frente a otros países como Alemania, donde es del 53%. Luego con lo que han ahorrado toda su vida llegan a España y compran casitas en la costa a precio de ganga y a tocateja. Otra mentalidad, menos mantras tontos y mayor practicidad. 

Si con las finanzas en general es difícil cambiar la mentalidad y ser lógicos, en el tema de la vivienda se antoja misión imposible, porque las razones son absolutamente subjetivas y parece que no eres serio o solvente si no te compras una casa, cuando casi siempre es lo contrario. Vivir de alquiler supone tener más liquidez y libertad. Pero claro, el qué dirán más la ignorancia influye mucho en este país. La familia y el sistema fomenta por todos los medios la compra, ya que supone continuar en la rueda de la deuda y los ingresos por impuestos, como pasa y veremos con las nóminas y el IRPF. 

Vivir de alquiler supone ventajas cuantitativas: más liquidez para inversión y ocio (calcula lo que ahorrarías al no hipotecarte y lo que te rentaría con el interés compuesto ya visto y la calidad de vida en todos los ámbitos); y cualitativas (libertad absoluta, sin quebraderos de cabeza, listo para cualquier cambio vital como traslado del trabajo, proyectos nuevos o simplemente ir viviendo donde te apetezca y mejor se adapte a tu vida presente). Y si con el tiempo consigues esa liquidez suficiente, si puede ser un gran negocio poder comprar en efectivo una/s casa-ganga en zona costera y tener un sobre sueldo o incluso vivir de los alquileres obtenidos. 


Planificación e ir contracorriente. Es la clave. En las siguientes entradas veremos cómo minimizar daños si al final se cayó en la hipoteca o incluso deshacerte de ella, cómo alquilar tu casa y su fiscalidad, y nos sumergiremos en los engorrosos pero necesarios gastos fijos inherentes a la vivienda, sea alquilada o no: luz, gas, agua, internet…