Niños. Todo parece una analogía infantil, familiar. Acabó un régimen y comenzó otro, esta vez democrático, pero régimen. Se olvidaron rencillas y se avanzó mucho pero sin control. Lo mismo pero distinto. La Transición era la construcción de un cortijo global bajo el paraguas de libertades y democracia adormilante.
Lo reconozco, soy cambiante pero no me siento culpable. El análisis es lo que tiene. Intentas humanizar la esperanza, hacerla absoluta, pero la humanizas y ves que nada es lo que parece y si lo es nunca lo puedes saber porque te cambian las reglas, te trilerizan. Podemos ilusionaba, lo han hecho bien pero da la impresión de que se estudiará en másters de comunicación más que políticos o económicos. Analogía familiar: estamos hartos de nuestro padre, llega el tío enrollado pero al final es lo mismo pero peor.
Podemos comete un error de bulto: pensar que la ciudadanía está madura para decidir. Pensar que un país se dirige desde el consenso y la participación. En un mundo ideal, sí. En un mundo donde las partes fueran válidas el método sería válido. No es el caso. Somos latinos. Seamos claros. Dejémonos de monsergas. Analogía familiar: los padres buscan lo mejor para los suyos pero no es dictatorial no dejar decidir a sus hijos pequeños o adolescentes. El consenso derivaría en caos. Si dejas que decidan elegirían libertad absoluta, comer dulces y no ir al colegio. Pues eso.
Leo las declaraciones del mal llamado pequeño Nicolás y mi capacidad de asombro, esa que parecía ya agotada, sigue vigente. ¿Un farsante o la extrema consecuencia de lo vivido los últimos 35 años? No sabes qué pensar pero una sensación me recorre el cuerpo: le veo expresarse en una entrevista televisada y piensas en si no te está vacilando o incluso en ese caso está muy por encima del nivel político del país.
Pero esa es la envoltura. El fondo, al que rara vez nos asomamos, es otro. Todo nos indigna pero ese circo que provocan los actos abusivos y delictivos nos entretiene, nos mantiene en modo tertulia y meme humorístico. Ya ni siquiera hay que vallar el Congreso. No hay que cortar el centro por manifestaciones multitudinarias. Sólo para celebrar triunfos de fútbol. Analogía familiar: la prole adolescente quiere abandonar el nido pero ve que es más cómodo aguantar a los padres. No les gusta que les manden pero en el fondo les compensa. Que me lo hagan todo, aunque pierda autonomía.
Reflexionas. Te das cuenta de que los que manejan el cotarro nos llevan al abismo. Te das cuenta de que si el pueblo tomara el control derivaría en algo peor o tendente a lo mismo, al menos aquí. Miramos al espejo y nos indignamos, es nuestro reflejo pero pensamos que está trucado. Sí, somos nosotros, somos humanos. Las soluciones políticas no sirven. Es leña inagotable para tomas y dacas, para ver tertulias y gritar en los bares, para indignarnos por x y no ver que hacemos x menos y. El sistema hace su trabajo. Queda un año para las elecciones pero igual ni hace falta. Los ciudadanos tan maduros quieren "cambio pero no mucho". Queremos igualdad, solidaridad, gestión eficaz pero que no toquen lo mío. Analogía familiar: mis padres son lo peor pero son mis padres. Mis tíos hippies molan pero sólo para los fines de semana.
Abandonad toda esperanza. Todo es reflejo del fondo social. Hay víctimas siempre. No se trata sólo de chorizos y honrados. Se trata a veces de si un honrado tiene la oportunidad de ser chorizo. Es fácil ser puro sin conocer los vicios. ¿Está madura la sociedad? La palabra ciudadano se tergiversa demasiado. Se necesita participación pero un control de los que saben hacer las cosas. No se trata de decisiones, se trata de acciones, al margen de ideologías. Podemos quiere que el pueblo sea la medida de todas las cosas, pero basan su éxito en el liderazgo, sin el cual saben que todo se derrumbaría. Sensaciones. Análisis. ¿Qué nos queda? Mucho que limpiar, un futuro negro. Me rindo.
Lo reconozco, soy cambiante pero no me siento culpable. El análisis es lo que tiene. Intentas humanizar la esperanza, hacerla absoluta, pero la humanizas y ves que nada es lo que parece y si lo es nunca lo puedes saber porque te cambian las reglas, te trilerizan. Podemos ilusionaba, lo han hecho bien pero da la impresión de que se estudiará en másters de comunicación más que políticos o económicos. Analogía familiar: estamos hartos de nuestro padre, llega el tío enrollado pero al final es lo mismo pero peor.
Podemos comete un error de bulto: pensar que la ciudadanía está madura para decidir. Pensar que un país se dirige desde el consenso y la participación. En un mundo ideal, sí. En un mundo donde las partes fueran válidas el método sería válido. No es el caso. Somos latinos. Seamos claros. Dejémonos de monsergas. Analogía familiar: los padres buscan lo mejor para los suyos pero no es dictatorial no dejar decidir a sus hijos pequeños o adolescentes. El consenso derivaría en caos. Si dejas que decidan elegirían libertad absoluta, comer dulces y no ir al colegio. Pues eso.
Pero esa es la envoltura. El fondo, al que rara vez nos asomamos, es otro. Todo nos indigna pero ese circo que provocan los actos abusivos y delictivos nos entretiene, nos mantiene en modo tertulia y meme humorístico. Ya ni siquiera hay que vallar el Congreso. No hay que cortar el centro por manifestaciones multitudinarias. Sólo para celebrar triunfos de fútbol. Analogía familiar: la prole adolescente quiere abandonar el nido pero ve que es más cómodo aguantar a los padres. No les gusta que les manden pero en el fondo les compensa. Que me lo hagan todo, aunque pierda autonomía.
Reflexionas. Te das cuenta de que los que manejan el cotarro nos llevan al abismo. Te das cuenta de que si el pueblo tomara el control derivaría en algo peor o tendente a lo mismo, al menos aquí. Miramos al espejo y nos indignamos, es nuestro reflejo pero pensamos que está trucado. Sí, somos nosotros, somos humanos. Las soluciones políticas no sirven. Es leña inagotable para tomas y dacas, para ver tertulias y gritar en los bares, para indignarnos por x y no ver que hacemos x menos y. El sistema hace su trabajo. Queda un año para las elecciones pero igual ni hace falta. Los ciudadanos tan maduros quieren "cambio pero no mucho". Queremos igualdad, solidaridad, gestión eficaz pero que no toquen lo mío. Analogía familiar: mis padres son lo peor pero son mis padres. Mis tíos hippies molan pero sólo para los fines de semana.
Abandonad toda esperanza. Todo es reflejo del fondo social. Hay víctimas siempre. No se trata sólo de chorizos y honrados. Se trata a veces de si un honrado tiene la oportunidad de ser chorizo. Es fácil ser puro sin conocer los vicios. ¿Está madura la sociedad? La palabra ciudadano se tergiversa demasiado. Se necesita participación pero un control de los que saben hacer las cosas. No se trata de decisiones, se trata de acciones, al margen de ideologías. Podemos quiere que el pueblo sea la medida de todas las cosas, pero basan su éxito en el liderazgo, sin el cual saben que todo se derrumbaría. Sensaciones. Análisis. ¿Qué nos queda? Mucho que limpiar, un futuro negro. Me rindo.